Encinar Administradores de fincas publica este artículo sobre la eficiencia energética en los ascensores, desde la fuente informacion.es, ya que consideramos que es a lo que tienen que tener en un futuro próximo las Comunidades de Propietarios para poder ahorrar costes y bajar el consumo de energía.
En España hay alrededor de un millón de ascensores, cuyo funcionamiento requiere de un consumo constante de energía. No obstante, existen fórmulas para que comunidades de vecinos, empresas y administraciones públicas puedan reducir este gasto, ya que la tecnología también hace que los elevadores sean más eficientes.
La mayoría de los ascensores no dejan de funcionar en ningún momento del día, salvo que se dé alguna circunstancia anormal. Han de estar preparados las 24 horas, para que el usuario que lo requiera pueda disponer de él para subir o bajar. Por ello, su consumo energético es continuo. Esto, además de gastar recursos, obliga a los propietarios de los elevadores -particulares, empresas o la administración pública- a reservar en todo momento una partida de dinero para hacer frente al montante que suponga la factura eléctrica.
Así pues, es un gasto obligado para gran parte de la población -sobre todo la que reside en ámbitos urbanos- y un notable consumo de energía. La European Lift Association (ELA), patronal del sector en el conjunto del continente, estima que cada ascensor consume unos 900 gigavatios hora de electricidad al año. Asimismo, calcula que en España funcionan alrededor de un millón de elevadores, lo que da una idea del volumen de electricidad que es necesario emplear para que estas máquinas cumplan su función. Sin embargo, es posible reducir estas cifras, tanto la del empleo de energía como la del gasto, sin aminorar la efectividad del ascensor.
Las mercantiles instaladoras, a través de la Federación Empresarial Española de Ascensores (FEEDA), están promoviendo diversas iniciativas para la eficiencia energética de estos aparatos. La sustitución de elementos concretos de los equipos puede suponer una reducción de hasta el 35% en el consumo eléctrico, tal y como explica Miguel Baena, presidente de la federación nacional y de la patronal del sector en la provincia de Alicante. Son muchos los particulares y entidades que están tomando conciencia de esta forma de ahorrar dinero y recursos energéticos, y que se están sumando a la iniciativa. No obstante, el coste de la renovación de los equipos -que puede rondar los 30.000 euros- puede ser un impedimento. Por este motivo, la ayuda pública constituye un importante aliciente para dar este paso.
En este sentido, una de las acciones a las que se insta desde la FEEDA es a que se alcancen acuerdos con las comunidades autónomas, para que los usuarios tengan algún tipo de bonificación. Por el momento sólo se ha firmado un convenio con el gobierno regional de Madrid, que acaba de reeditarse después de haber sido todo un éxito en su primera convocatoria. En el resto de autonomías se realizan conversaciones en mayor o menor grado, con el objetivo de adoptar medidas similares.
La reducción en el consumo de energía en ascensores puede realizarse de dos maneras posibles: bien sobre las maniobras, o bien sobre los grupos tractores.
Las primeras consisten en algo relativamente sencillo, ya que se trata de la sustitución de las luminarias de los equipos. Esto es de gran importancia, ya que, según señala Baena, un 75% del consumo corresponde a la iluminación. Hay que tener en cuenta, añade, que el aparato está constantemente en funcionamiento; así, aunque en ocasiones pueda estar horas sin accionarse -como, por ejemplo, durante la madrugada-, siempre tiene las luces encendidas. Con todo, este enorme gasto en electricidad y en dinero puede reducirse, de una forma tan simple como reemplazando todos los puntos de luz por sistemas de bajo consumo, como los "leds". Otra fórmula -que puede añadirse a la anterior- es el apagado automático de las luces, dejando sólo algún piloto de emergencia.
Paso a la tracción eléctrica:
En el apartado de renovación de los equipos tractores, el principal avance que se puede realizar para consumir menos energía es el paso de una tracción mecánica a otra eléctrica. La incorporación en el aparato de un variador de frecuencia le permite arrancar y frenar de una manera mucho más suave, lo que ya de por sí implica un menor gasto energético. Además, con este sistema el motor no necesita ir tan rápido como con la tracción mecánica para que el ascensor alcance su velocidad habitual. Baena indica que los motores eléctricos pueden ir a unas 160 revoluciones por minuto, mientras que los de tipo mecánico rondan las 1.350. Obviamente, a mayor acción del motor, mayor consumo, con lo cual, la ventaja final en la factura se nota mucho. En cambio, lo único que percibe el usuario es que el ascensor inicia o detiene su marcha de una manera menos brusca.
El presidente de la patronal de instaladores recuerda que esta progresión, propia de las variaciones de frecuencia, "evitan el disparo del consumo en el arranque". Este mismo sistema se puede emplear también en escaleras mecánicas, que ya han incorporado mejoras como sensores en su plataforma inferior o superior, para que sólo funcionen cuando alguien las necesita. El añadido de un motor con variación de frecuencia contribuye a que no se malgaste energía, al tiempo que se sigue prestando un servicio eficiente.
La patronal europea ELA tiene la reducción en el consumo energético como una de sus políticas prioritarias, hasta el punto de ser el asunto principal de un encuentro que mantuvo la asociación empresarial el año pasado en Berlín. Con las medidas propuestas, se estima que el gasto en electricidad podría reducirse en un 28% en todo el continente. Una cuestión de gran importancia en un momento en el que la controversia sobre la búsqueda de fuentes de energía más eficientes no deja de ser tema de actualidad. Miguel Baena subraya que "hay una inquietud a todos los niveles", tanto por las ventajas que reporta la sustitución o renovación de los equipos como por la contribución medioambiental que implica la reducción del consumo eléctrico con este proceso.
La modernización de un aparato sólo conlleva el cambio en el grupo tractor y el cuadro de maniobras; el resto -la cabina, las puertas, el contrapeso...- puede mantenerse, por lo que el paso, aun pudiendo requerir un esfuerzo económico, resulta mucho más barato que instalar un equipo totalmente nuevo. Baena calcula que puede costar un tercio de lo que costaría la otra operación citada. Por ello, la posible existencia de ayudas públicas permitiría que más usuarios optaran por la renovación.
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