18 de agosto de 2011

Un temblor de 4 grados en la escala Richter sacude la calma estival de Orduña y Amurrio

La sacudida, aislada y sin réplicas, movió los edificios e hizo salir a la calle a muchos vecinos asustados

Un temblor sacude las localidades de Orduña y Amurrio.
Un temblor sacude las localidades de Orduña y Amurrio. (David de Haro)
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Bilbao. La tierra tembló ayer en el valle de Aiara. Un seísmo de 4 grados en la escala Richter -3,4 según las primeros datos- despertaba la alarma de los vecinos de Orduña y Amurrio, principalmente, ya que sobre las 20.20 horas notaron cómo las paredes y todos sus enseres se movían. Botellas, camas, libros... La tierra se sacudió y con ella las viviendas más cercanas al epicentro del temblor, situado en Villalba de Losa (Burgos), según el Instituto Geográfico Nacional. Fue una sola sacudida, pero suficiente para saltar la alarma en el valle; un temblor de unos tres segundos de duración que los vecinos coincidían en describir como eternos. "Era bastante profundo, por eso no ha habido que lamentar daños materiales y mucho menos personales", aseguraba a DEIA Javi Bitorika, alcalde de Amurrio, minutos después del suceso. "Los vecinos deben estar tranquilos; me han asegurado que no habrá réplicas", tranquilizaba.

"La verdad es que me he asustado muchísimo, no sabía qué estaba pasando", aseguraba Arantza Álava, vecina de Orduña. Y es que la tierra tembló, pero también lo hicieron sus vecinos. "Tengo 78 años y nunca había vivido algo así; he pasado miedo", decía Salvador Oiarzabal, sentado de nuevo en el sofá de su casa de Orduña. El mismo desde el que comenzó a sentir el seísmo. "Pensé que se me caía el mueble encima, vivimos en un cuarto piso y la vajilla de la estantería ha comenzado a moverse. Hacía mucho ruido. Luego han empezado a caerse los libros de la estantería", relata aún con el susto en el cuerpo.

Cajas, botellas y copas se movían en los bares de la zona. "Nunca había pasado algo así", aseguraba Bitorika. "Me han dicho que hasta se ha notado un poco en Bilbao", explicaba el alcalde de Amurrio.
Los municipios que más sintieron el movimiento fueron Orduña y Amurrio, aunque ayer se movió todo el valle. Personas en la ventana, en la calle, en la escalera, incluso quienes viajaban en coche... A las 20.30 horas, todos se hacían la misma pregunta: "¿Qué ha pasado?".

La tierra se movió "Estaba sentada delante del ordenador y ha empezado a moverse todo. Al principio pensaba que eran los cimientos de mi casa, pero luego ha sonado el teléfono y la familia, que también vive en Orduña, me ha dicho que ellos también notaban el temblor. Entonces, me he asustado", describe Araceli Oiarzabal, vecina también de Orduña. "Aquí azota mucho el viento, y estamos acostumbrados a su sonido. Pero una cosa es escuchar el ruido del viento y otra escuchar cómo se mueve la tierra", remarcaba algo más relajada.

Con el seísmo de Lorca reciente -un temblor de 5,1 grados en la escala Richter echaba abajo el municipio murciano el pasado 11 de mayo-, el miedo era más comprensible. "La casa se movía de un arriba para abajo", explicaba Jon Redondo, vecino de Alekamaña. "Mi mujer estaba en un lado de la casa, yo en la otra punta y se movía todo en bloque. Pensábamos que había sido alguna explosión en unas obras que tenemos cercanas o algún corrimiento de tierra, pero nunca que fuese a ser un terremoto", añade. "Siempre piensas que no va pasar donde vives. Yo, de hecho, sabía que Nafarroa era una zona más peligrosa, pero mira, ahora...", reflexionaba Salvador.

El seísmo se dejó notar, sobre todo, en Orduña, ya que es el municipio más cercano al epicentro. Allí, quienes viajan en coche se bajaban de su vehículo, según relataba Salvador, diciendo que habían "notado desplazarse el coche hacia un lado".

El temblor fue el tema de conversación en ambos municipios durante la noche de ayer. "Gracias a Dios no ha pasado nada. Yo soy muy miedica y al principio me daba miedo hasta salir a la calle, por si pasaba algo más", comentaba Arantza. Era inevitable acordarse de Lorca en esos momentos. Por suerte, la profundidad del movimiento experimentado ayer en el valle de Aiara se produjo en una capa más profunda. "Esperemos que este seísmo no tenga más consecuencias. De momento no hay que preocuparse por las réplicas y no tener que lamentar daños, ni personales ni materiales. Es una gran suerte", analizaba el alcalde de Amurrio.

Mientras la tierra se sacudía, la central de bomberos de Aiara estaba tranquila. "No hemos recibido ningún aviso y tampoco hemos notado nada", aseguraban. Quien sí lo notó fue el Cuerpo de Bomberos de Orduña. "Ha sido un pequeño temblor, se han movido las casas, los objetos de los bares... aunque en los pisos más bajos no se ha notado tanto y hay quien ni se ha enterado de lo que ha pasado", explicaba Pedro Tenagillo, jefe del Parque de Bomberos de la localidad vizcaina.

MAtxitxako La de ayer no fue la primera vez que Bizkaia vivía un seísmo. El 31 de agosto de 2010, un terremoto de 2,8 grados sacudía el Cantábrico a unos 70 kilómetros de la costa vasca. Sobre las 15.45 horas, el seísmo desplazó masas y masas del agua al noroeste del Cabo Matxitxako. Hace un año, este temblor no fue percibido por las personas, pero el agua se agitó de manera virulenta con una magnitud de 2,8 en la escala Richter.

Fuente: Deia.com

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